jueves, 5 de julio de 2007

Piratería Musical



Nunca he sido un defensor de la piratería musical, pero sí es cierto que respecto a este tema me asaltan varias cuestiones, que en ocasiones me podrían hacer cambiar la forma de pensar.

Es cierto que artistas noveles que están empezando, que su único recurso en su primer disco de cara a las compañías es presentar unas cifras de venta lo más decente posible, cada copia ilegal les supone una puñalada en la espalda. Por tanto, he llegado a la conclusión de "PIRATERÍA SÍ, pero de forma selectiva". Me explico.

Soy fan de Elefantes (mira, cada cual tiene sus gustos), por lo que, cuando hace años sacaron se fantástico CD "La forma de mover tus manos", fui raudo al FNAC de turno a comprármelo. Me lo compré el día que salió, a primera hora. Y lo disfruté un montón, me parece un buen disco, lleno de buenas canciones.

A los 4 ó 5 meses, estaba rebuscando discos en el mismo FNAC, cuando empiezo a escuchar las canciones del susodicho disco de Elefantes, pero en unas versiones en acústico. Le pregunto al dependiente que de qué se trataba, y me dice que es la reedición de "La forma de mover tus manos", y que lleva un segundo CD en acústico, llamado "Otros paisajes". Me alegro un montón por tener nuevo material de este grupo, y le comento que yo sólo quiero "Otros paisajes". Me comenta que es la reedición, por lo que, si quiero esas nuevas versiones, me tengo que comprar el disco otra vez.

¿Cómo puede ser eso? ¿Como tienen tanta jeta las compañías? Se supone que si esta gente hace una reedición es porque incautos como yo compramos el disco cuando salió, y que el razonable éxito de ventas les hace sacar esa reedición. Es decir, la reedición existe, en parte, gracias a que yo compré el disco. Y si quiero disfrutar de las nuevas versiones, me tengo que volver a comprar el disco, como si fuera gilipollas.

¿Cual es la solución en este caso? Sin duda, la piratería. Bajártelo, el top manta, etc... pero en absoluto volvértelo a comprar. A esto le llamo una "Piratería Selectiva".
Las reediciones es una práctica habitual en las discográficas, sí, las mismas que luego lloran porque han perdido no sé cuantos millones por culpa de la piratería.

Otro caso como este que recuerdo recientemente es el de La Oreja de Van Gogh, con su "Guapa", y a los dos meses "Más guapa". O (discúlpame Princesa Bacana) Jorge Drexler con su "Eco", y lanzado por el Tío Oscar, "ECO2".

Por otro lado, la política de precios de las compañías no ayuda a luchar contra la piratería. El PVP medio de un CD es de 15€. Probablemente dá igual que sea de U2, que de Maria Isabel ("antes muerta que sencilla"), el precio invariablemente, estará por los 15€.

¿Cómo puede ser eso? No hablamos del mismo artista, ni del mismo caché, ni la misma campaña de marketing, ni de la misma tirada, pero el precio es similar. Probablemente una política de precios ajustada a cada producto, donde viéramos discos a 40€, y otros a 6€, pondría cada producto en su lugar, y estaría abierto a un segmento de público distinto.

Y por último, después de este rollo, animar a los artistas y las compañías a que nos motiven más a comprar discos originales: dame una entrada para un concierto, invítame al rodaje de un videoclip, no sé, pero dame algo que me anime a comprar el disco. No te limites a darme una "clave para entrar a zona privada en la web", porque eso es una mierda. Con perdón.




6 comentarios:

Azid Phreak dijo...

Me uno a tu cruzada. A mi me ha pasado exactamente lo mismo con los DVD. Hay películas que cuentan con la versión normal, la del director, la del coleccionista y la reciente "edición definitiva". Todas ellas se editan con unos cuantos meses entre una y otra, para que muerdas el anzuelo. Tengo grandes películas que se han vuelto a reeditar con cientos de extras. He llegado a la postura de no comprar estrenos y esperar a que se les ocurra reeditarlos, lo cual ha provocado que en ocasiones descataloguen las películas (Ejemplo: Reservoir Dogs).

El problema aquí es que es dificil encontrar los extras en la red, así que en ocasiones, toca volver a pagar.

Por cosas como estas yo hace mil años que no compro un disco (y espero no hacerlo nunca). Prefiero oir la radio y, si se tercia, bajarme alguna canción.

Como dices, mención aparte merecen los que comienzan, como bien apuntas, o los grupos regionales que tienen dificil distribución. En esos casos si que suelo pagar, pero más que nada porque tengo la sensación de que esa gente necesita salir adelante, no como mi antes adorado Sabina, que desde que se vendió, no para de sacar reediciones y libros con formato "actualizado" (=repetido con dos fotos más).

Sinceramente y como apuntas, es una verguenza. Aunque más que a los artistas, yo culparía a los productores, que son los que realmente manejan el tinglado. En el caso del cine es aún más claro que son las distribuidoras las que hacen lo que les place.

En fin, paciencia amigo mío.

Priscila dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con Quijote y Azid Pheak.
Bajo mi humilde opinión es que las campañas de Marketing están mal enfocadas, pues el precio del producto debe ajustar al precio que el cliente estaría dispuesto a pagar por él. Y por eso, probablemente, Mª Isabel debería venderlos a 3 euros y no ha 18 euros como Alejandro Sanz o similares y volverse "más sencilla" (con tdos mis respectos)

Si es cierto que en los últimos CD originales que he comprado llevan adjunto un DVD que nunca me he dignado a poner en mi "cacharro de carrefour lo leo todo". ¿Realmente valoramos ese valor añadido que las discográficas creen a pies juntillas?
yo personalmente no.
Regálame la entrada a un concierto, o hágame un descuento especial y consígame 5 minutos de gloria en el camerino con el artista de mi vida, pero no me venda la moto.

sonia f dijo...

Mi modus operandi es bastante más sencillo:
1.Cantante que me cae bien: le compro el disco para que le vayan bien las cosas y para que tenga pasta con la que grabar más discos. Pero es algo completamente egoísta porque lo que persigo es que me siga regalando los oídos.
2.Canciones sueltas de peña que o bien ya está forrada o me cae mal: burrito y a correr.

Unknown dijo...

Yo opino como el contertulio: los discos debería regalarlos en muchos de los casos.

En el mundo de la música clásica, por ejemplo, se valora más el concierto que el disco, aunque una buena grabación también es importante.

Opino como Princesa, si el artista se lo merece, si verdaderamente hace ARTE, entonces creo que estoy haciendo una buena inversión al comprar sus discos.

Si no, elefantito y a correr el doble, Princesa,

Kampanilla dijo...

Para eggs los de Prince, que regaló su último disco con un periódico inglés:
http://www.elmundo.es/elmundo/2007/07/15/cultura/1184519589.html
Me parece estupenda la idea. A ver si otros siguen su ejemplo y se dedican a sudar la camiseta dando conciertos, en lugar de estar quejándose de la piratería.

Pijama Master dijo...

Voy a dar mi opinión:

De los 20€ que me cuesta un disco, el artista cobra 1 (en el mejor de los casos).

Me parece mejor bajarme el disco e ir al concierto, en el que el artista cobra el 10/20% de la entrada.

Aún así, hay música que me quiero comprar (y voy a hacerlo) la tenga o no bajada y mucha música que no me compraré nunca.

El problema es con el modelo de negocio, si el artista se quedase con el 80% del disco, te juro que compraría más